jueves, 18 de enero de 2007

SUERTE

Es muy triste que en los tiempos que corren necesitemos en un porcentaje tan elevado de algo que debería ser irrelevante como la suerte. Y no es que yo me defina como una controladora, es decir, la mujer que es hiperactiva e histérica, perfeccionista en su trabajo, hacendosa en el hogar y exigente con su pareja... más bien considero que el trabajo es una necesidad molesta, la limpieza del hogar un engorro y doy gracias de encontrar a alguien que llene mis inquietudes intelectuales y vitales y no alguien idóneo para dar órdenes! Pero a pesar de no ser una mujer-control me fastidia que las cosas no sean más consecuentes. Con esto quiero decir que la vida no sea más el fruto de la relación acción-reacción; que la vida que uno llegue a tener no sea consecuencia de las decisiones... y me refiero no tanto al aspecto personal como laboral; todos sabemos que si escogemos mal nuestra pareja no seremos felices, pero no hay manera de escoger "bien" un trabajo. Primero porqué uno no tiene capacidad de elección, puesto que te quedas con lo menos malo. Y segundo porqué a pesar de demostrar tu valía no te quedarás ya que es más lucrativo 4 temporales en dos años que un indefinido.
Ya sé que son obviedades lo que estoy planteando pero por muy conocido que sea un asunto no debería dejar de removernos por dentro. Por muchos niños africanos hambrientos que veamos en nuestros televisores no deberían, estas imágenes, dejar de rompernos el corazón e indignarnos! Pues sírvase de parangón para que no nos anestesien en el mundo laboral!!! Deberíamos todos ser más inconformistas! Y las primeras las mujeres... aunque el tema de la mujer en el mercado laboral tiene una fácil solución: cobramos menos porqué parimos? Propuesta radical nº1:
- No hay más sexo hasta que exista una paridad salarial.
Propuesta radical nº2:
- El padre está obligado a tomar exactamente el mismo tiempo de baja que lo esté la madre.
Evidentemente voto por la segunda porqué, además de por las obvias razones de que el sexo es absolutamente necesario para ser feliz, el hecho que los hombres compartan la baja con las mujeres llevaría no sólo a una equiparación en cuanto costes para el empresario sino que fomentaría la implicación del hombre en la educación de nuestros hijos, cosa que haría que las futuras generaciones no repitiesen patrones de discriminación.
Ahí va eso!

1 comentario:

Gragel dijo...

Gamusina, échale un ojo a este artículo: De profesión valorador.

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